La expresión “arte audiovisual” empieza a usarse en Estados Unidos en los años 1930 con la aparición del cine sonoro. Sin embargo, empieza a teorizarse en Francia durante la década de los años 1950 para referirse a las técnicas de difusión simultánea. Es a partir de entonces cuando el concepto se amplía y el término se sustantiva. En el terreno de los medios de comunicación de masas, se habla de lenguaje audiovisual y comunicación audiovisual.
El concepto audiovisual significa la integración e interrelación plena entre lo auditivo y lo visual para producir una nueva realidad o lenguaje. La percepción es simultánea. Se crean así nuevas realidades sensoriales mediante mecanismos como la armonía (a cada sonido le corresponde una imagen), complementariedad (lo que no aporta lo visual lo aporta lo auditivo), refuerzo (se refuerzan los significados entre sí) y contraste (el significado nace del contraste entre ambos).
Lo audiovisual puede existir de tres maneras diferentes, audiovisual natural, audiovisual parcialmente tecnificado y audiovisual artificial.
En un audiovisual se percibe la realidad con los cinco sentidos acotando la vista y el oído por ser los protagonistas en la comunicación e interpretación de la realidad. Tanto la vista como el oído perciben en un tiempo y un espacio.
La kinestasis es una obra audiovisual (o una secuencia en una obra mayor) compuesta por una serie de imágenes fijas que se presentan en una secuencia de montaje (Charles Braverman, The Beatles, 1974, o Richard W. Kroon El Cuarto Reich, 1981)
Tanto en la vista como en el oído encontramos una percepción activa (escuchar, mirar) y una percepción pasiva (oír, ver).
[editar] Percepción visual
Lo que percibimos es la luz. Vemos a través del ojo, que sólo distingue una parte del espectro electromagnético (distinta para los humanos y para otros animales, que pueden ver rayos ultravioletas o infrarrojos). El ojo recibe los estímulos de los rayos de luz procedentes del entorno que atraviesan el cristalino incidiendo en la parte posterior del ojo conocida como retina. Allí estimulan unos foto-receptores (bastones y conos, éstos de tres tipos diferentes, sensibles a tres longitudes de onda distintas que permiten ver en tricromía -hay animales con mayor o menor número de tipos para tal combinación, y una enfermedad humana llamada acromatopsia que proviene de la carencia de ellos-) que envían impulsos nerviosos a través del nervio óptico hacia la corteza cerebral relacionada con la visión, creándose así las imágenes que efectivamente vemos. Dado que cada uno de nuestros ojos tiene una visión levemente diferente de un objeto, nuestro cerebro debe encargarse de fusionar las imágenes para crear un efecto tridimensional (estereoscópico), permitiendonos percibir la profundidad y la distancia. Este proceso es instantáneo. En la retina, además, se da un fenómeno conocido como persistencia retiniana, que permite crear la sensación de movimiento aunque realmente lo percibido sea una sucesión de imágenes fijas a una determinada velocidad.
Cuando vemos, captamos las formas y colores de los objetos, de modo que uno de los muchos procesos que se ponen en marcha en nuestro cerebro es el de dotar a esa información de sentido y de esa forma reconocerlos. Si lo que vemos coincide con alguno de los esquemas o patrones almacenados en nuestra memoria, reconoceremos el objeto; pero si no lo hemos visto antes, podemos seguir observándolo por más tiempo y crearemos en la memoria un patrón de reconocimiento para ese objeto. Tales patrones son flexibles, no describen una forma o imagen concreta.
[editar] Percepción auditiva
El sonido es una vibración que se transmite a través de un medio. Estas vibraciones se transmiten por del oído a través de una cadena de huesecillos, tras lo cual los que se encuentran en el rango de audición del sujeto (el umbral de audición o espectro auditivo es distinto para los humanos y para otros animales, y mayor en los individuos jóvenes que en los adultos o ancianos -se pierden sobre todo las frecuencias agudas-), se transforman en impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro.
La vista es más espacial que el oído. El sonido define los objetos en el espacio de una forma muy relativa ya que el volumen del sonido condiciona nuestra percepción. Ambos sentidos se complementan en la percepción espacial de la realidad.